Presintiendo que el presidente Lerdo de Tejada intentaría reelegirse, Porfirio Díaz volvió a levantarse en armas. Formado en la guerra de Reforma y durante la intervención francesa, Díaz gozaba de gran prestigio entre los militares y de renombre en los círculos políticos del país.
Hermanos Flores Magon
Los hermanos Flores Magón nacieron todos en el Estado de Oaxaca: Jesús, el mayor, en San Simón, el 6 de enero de 1872; Ricardo, otro, en San Antonio Eloxochitlán, el 16 de septiembre de 1874 y Enrique, el menor, en Teotitlán del Camino, el 13 de abril de 1877. Sus padres fueron Teodoro Flores y Margarita Magón, aquél, un indio serrano azteca, proveniente de un olvidado reducto de guerreros mexica que fueron enviados antes de la conquista española para vigilar a los mixtecos, que habían sido sometidos por el imperio azteca; reducto que quedó olvidado durante siglos en la Sierra de Juárez, por los acontecimientos de la Conquista
Después de largos años de servir al país, don Teodoro obtuvo el grado de teniente coronel, dentro del ejército liberal. Llevó a sus indios serranos oaxaqueños a pelear por don Benito Juárez, indio también y oaxaqueño, después de que peleara en 1847 contra los invasores yanquis. Y más tarde, al lado de Porfirio Díaz, también indio y oaxaqueño, luchó contra el imperio de Maximiliano, y a favor de las revoluciones porfiristas de La Noria y Tuxtepec; pero en 1910 no quiso ya seguir a Díaz, quien tenía presos a sus hijos, Jesús y Ricardo, y le propuso dejarlos libres, con tal que el viejo padre los convenciera de claudicar.
El 7 de agosto de 1900, los hermanos Flores Magón fundaron otro periódico de oposición, Regeneración. Ricardo asistió como delegado a la Primera Convención de Clubes Liberales de San Luis Potosí, y cuando fue suprimido por el gobierno el periódico Regeneración, sacó a luz El Hijo del Ahuizote, El Nieto del Ahuizote y El Biznieta del Ahuizote, cada uno de ellos que nacía cuando el anterior moría. Jesús, en 1902, manifestó a sus hermanos que se separaba del movimiento, ya que no tenía sangre de mártir; pero los otros dos siguieron en la lucha.
Los tres eran abogados y buenos escritores. En 1903 ordenó Porfirio Díaz al Tribunal Superior de Justicia, que prohibiese la publicación de cualquier escrito proveniente de los Flores Magón, bajo penas corporales y pecuniarias muy severas; entonces Ricardo y Enrique tuvieron que ausentarse del país, emigrando hacia los Estados Unidos de América. De nueva cuenta publicaron Regeneración, desde donde alentaron la Revolución. En San Luis, Missouri, dieron al Partido Liberal su programa y manifiesto, que serían las bases de la Constitución de 1917, de Carranza.
Al sobrevenir la revolución maderista, dos de los Hermanos Flores Magón (Ricardo y Enrique) trataron de fundar una república socialista, pero al fracasar en sus intentos, se separaron de todo movimiento. Ricardo fue asesinado, dentro de la prisión norteamericana de Leavenworth, donde fue preso, la noche del 20 de noviembre de 1922. Jesús murió en la Ciudad de México el 7 de Diciembre de 1930. Enrique murió en la ciudad de México, hasta el 28 de octubre de 1954, donde se había dedicado a su profesión y a escribir.
Reeleccion de Porfirio Diaz
Díaz participó como militante en las fuerzas liberales al mando de Jesús González Ortega. Luego del triunfo liberal, Porfirio Díaz se convirtió en diputado por su estado natal, y en abril de 1861 le fue concedido el cargo de general de división.
Participó en la Segunda Intervención Francesa en México, donde luchó bajo las órdenes de Ignacio Zaragoza en la Batalla de Puebla, librada el 5 de mayo de 1862. Un año más tarde, peleó en el Sitio de Puebla, ciudad que tomaron los franceses el 18 de mayo de 1863, e hicieron preso a Díaz, quien estuvo a punto de ser extraditado a Francia, pero logró escapar y encontrarse con Juárez en la Ciudad de México, quien le encomendó formar un ejército de resistencia en Oaxaca
Díaz, despojado del mando militar, se retiró a Tlacotalpan, donde vivió hasta 1876, cuando se levantó en armas contra la reelección de Lerdo, proclamando el Plan de Tuxtepec. Tras su triunfo, Díaz se convirtió en presidente provisional y sacó del país a Lerdo, Mariano Escobedo y José María Iglesias. En 1880 fue sucedido por Manuel González. Cuando regresó al poder en 1884, comenzó la era conocida como Porfiriato, que se prolongó hasta 1911.
Huelgas de Cananea y Rio Blanco
El 1° de junio de 1906, más de 2000 trabajadores de origen mexicano en demanda de un salario equitativo al de sus compañeros mineros norteamericanos que también laboraban en la CCCC "Cananea Consolidated Copper Company" , jornadas de trabajo más justas, presentaron las demandas. Entonces los mineros decidieron llamar a Huelga, un acto nunca visto en la historia de México y que vendría a marcar un hito en la época Porfiriana. Los huelguistas portaban como símbolos la bandera de México y un estandarte con un billete de cinco pesos, cantidad demandada como salario mínada es cierto,encabezado por los trabajadores Juan José Ríos, Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón, quienes llamarían a sus compañeros mineros al cese de actividades laborales justo al momento de salir de las oficinas de negociación con la negativa de Greene
El 6 de junio las actividades mineras regresarían a su normalidad, los trabajadores fueron sometidos y la incompetencia del entonces gobernador de Sonora Rafael Izábal se dejó ver, sin embargo el primer destello de luz de la Revolución se había dado en un pequeño poblado al norte del Estado de Sonora.
A la Huelga de Cananea la seguirían las insurrecciones que se prepararon para iniciar una Revolución social en México el 18 de septiembre de 1906, que fue descubierta y desactivada por la policía de Porfirio Díaz y detectives estadounidenses.
La Huelga de Río Blanco fue una rebelión obrera[1] en la fábrica de tejidos de Río Blanco, en Veracruz, México, el 7 de enero de 1907, que se extendió a las fábricas aledañas de Nogales y Santa Rosa. La rebelión de Río Blanco es considerada un suceso precursor de la Revolución mexicana de 1910
En 1905 se fundó la Sociedad Mutualista de Ahorros que logró numerosos adeptos y el 1° de junio de 1906 se constituyó en el Gran Círculo de Obreros Libres promovido por José Neira Gómez y Juan Olivar, delegados del Partido Liberal Mexicano. En las cláusulas secretas de la constitución de dicho Círculo se estipulaba que se mantendrían relaciones secretas con la Junta Revolucionaria residente en Saint Louis, Missouri y de la cual Ricardo Flores Magón era presidente.[2]
En diciembre de 1906, obreros textiles de Tlaxcala y Puebla se declaran en huelga para exigir mejores condiciones laborales. Para frenar la creciente organización del movimiento obrero en la región, los industriales realizaron un paro patronal (lock-out) el 24 de diciembre en toda la zona industrial. Los obreros solicitan la intervención de Porfirio Díaz, quién favorece a los empresarios y ordena la reanudación de labores en las fábricas el 7 de enero de 1907, no sólo sin satisfacer las demandas de los trabajadores sino que atentaban contra la libertad de asociación y prensa de toda la vida social.
Plan de San Luis
El Plan de San Luis Potosí fue un documento político proclamado desde San Antonio, Texas, por el líder del movimiento revolucionario mexicano y candidato presidencial del Partido Nacional Antirreeleccionista, Francisco I. Madero. Este manifiesto convocaba a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910, para llevar a cabo el derrocamiento del porfiriato, el establecimiento de elecciones libres y democráticas,[1] así como también se comprometía a restituir a los campesinos las tierras que les habían sido arrebatadas por los hacendados.
Muy pronto llegaron a la Ciudad de México las copias del Plan de San Luis, la prensa capitalina informaba del desarrollo de un complot,[3] el 18 de noviembre de 1910 fue descubierta una conspiración contra Díaz en la ciudad de Puebla. Esa conjura estaba dirigida por Aquiles Serdán, quien junto con su familia fue asesinado por la policía.[4]
Sin embargo, como respuesta a la proclamación de Madero comenzaron a surgir levantamientos armados a lo largo de México en noviembre de 1910, que finalmente culminaron con la renuncia de Porfirio Díaz, el triunfo de Madero en las elecciones presidenciales de 1911, así como la Revolución mexicana, que duraría alrededor de una década y cobraría la vida de cientos de miles de mexicanos.[2]
Plan de ayala
El Plan de Ayala fue una proclama política, promulgada por el jefe revolucionario mexicano Emiliano Zapata, dentro de la Revolución mexicana el 28 de noviembre de 1911, en el que desconoció el gobierno del presidente Francisco I. Madero, a quien acusó de traicionar las causas campesinas. Aunque en el Plan de San Luis Potosí sólo se consideró la revisión de los juicios sobre la tenencia de la tierra durante el porfiriato.
En dicho plan, los zapatistas llamaban a las armas para restituir la propiedad de las tierras a los campesinos, pues se sostenía que las tierras habían sido arrebatadas al pueblo por caciques, hacendados y terratenientes, y deberían ser devueltas a sus dueños originarios. Por ello el Plan sostiene que los campesinos deben presentar sus títulos de propiedad, los cuales en su mayoría eran de tipo comunal y se originaban en el virreinato, estos títulos habían sido declarados sin valor bajo las condiciones de la Ley Lerdo, que formaba parte de las Leyes de Reforma, por lo que había sido fácil legalmente hablando el despojo de tierras que los comuneros no trabajaban
Emiliano Zapata
Emiliano Zapata Salazar nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos y murió el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos. Conocido como el Caudillo del Sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución mexicana, comandó un importante ejército durante la revolución, el Ejército Libertador del Sur. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, y nació en una familia campesina
En septiembre de 1909 Emiliano Zapata fue elegido presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar documentos que se originaron en el virreinato que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma, sobre todo la Ley Lerdo que obligó a las corporaciones civiles a vender o ser expropiadas las tierras improductivas, lo cual fue motivo en su tiempo del apoyo de varios líderes indígenas como Tomás Mejía a los gobiernos conservadores mexicanos y al Segundo Imperio Mexicano. Estas leyes además fueron aprovechadas por varias personas para acrecentar sus tierras de manera ilegal al solicitar la propiedad de zonas comunales que los pueblos no trabajaban. Por esto se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al candidato de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón.
En el mes de mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que eran protegidas por el jefe de policía, José A. Vivanco, y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del gobierno, pues fue declarado bandolero. Después de haber recuperado las tierras, las dejó en posesión de todos los campesinos de aquel lugar. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en ese mismo lugar, es decir, en Villa de Ayala, con objeto de discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala.
Francisco Villa
Nació el 5 de junio de 1877 en el rancho de Río Grande, partido de San Juan del Río, Durango, como miembro de una familia muy humilde. Su padre murió, siendo él niño y tuvo que trabajar en las labores del campo, para sostener a su madre y hermanos, en la hacienda de Cogojito. Allí, uno de los dueños de la hacienda atentó contra su hermana mayor, que era niña, y Villa lo hirió de tres balazos, huyendo al monte para evitar su castigo. Fue perseguido y encarcelado, pero logró huir de la prisión y se hizo bandolero, cambiando su primitivo nombre por el de Francisco Villa, que adoptó de un abuelo paterno
Villa se unió. a Carranza contra el usurpador Huerta, y en vista de que ya había alcanzado renombre por su audacia y valor, los jefes revolucionarios de Chihuahua, Coahuila y Durango lo proclamaron jefe de la División del Norte, que llegó a ser la más poderosa, entre los ejércitos revolucionarios. En las campañas carrancistas alcanzó Villa sus mejores triunfos, tomando Torreón, Ciudad Juárez y Ojinaga, y aún inició el avance victorioso hacia el sur del país. Sin embargo, Carranza postergó a Villa por la cercanía de otros jefes, especialmente los sonorenses, por lo que Villa empezó a separarse también del Jefe Máximo de la Revolución
En 1914, Carranza citó a una convención de las fuerzas revolucionarias, para limar asperezas entre ellas, sin lograr su objetivo, pues Villa se apoderó de la convención, en Aguascalientes, y rompió relaciones con Carranza, nombrando a un nuevo presidente de la República, Villa tomó, con su aliado Emiliano Zapata, la ciudad de México, teniendo Carranza que huir hacía el puerto de Veracruz. Pero entonces el sonorense Álvaro Obregón, jefe de las fuerzas de Carranza, llamadas constitucionalistas, empezó a batir a las de Villa, llamadas convencionistas, hasta lograr aniquilarlas, en la famosa batalla de Celaya, donde perdiera un brazo. Villa buscó el reconocimiento de los Estados Unidos, para su gobierno, y como no lo consiguiera, atacó a la población fronteriza de Columbus, donde cometió depredaciones. El general norteamericano Pershing entró a territorio mexicano, persiguiéndolo, sin alcanzarlo nunca. Carranza fue muerto en 1917, al parecer por sus mismos aliados antiguos, los sonorenses, y entonces Villa depuso las armas, siendo amnistiado por el presidente Adolfo de la Huerta. Se retiró a vivir pacíficamente en una hacienda que el gobierno le dio, en Canutillo, Durango, cerca del límite del Estado de Chihuahua, a cuyo mineral de Parral hacía viajes. En uno de esos viajes, el 20 de julio de 1923, Villa fue asaltado en el automóvil en que iba con sus lugartenientes, en Parral, y muerto
Venustiano Carranza
José Venustiano Carranza Garza (Cuatro Ciénegas, Nuevo León-Coahuila[2] , 14 de enero de 1860[1] - Tlaxcalantongo, Puebla, 21 de mayo de 1920). Fue un importante político y empresario mexicano que participó en la segunda etapa de la Revolución Mexicana, tras el asesinato de Francisco I. Madero, con el que logró derrocar al gobierno usurpador del general Victoriano Huerta. Fue el encargado del Poder Ejecutivo desde el 14 de agosto de 1914[3] y Presidente de México de manera Constitucional de 1917 a 1920, año en que fue asesinado por tropas del general Rodolfo Herrero
Inició su carrera política cuando fue electo presidente municipal de Cuatro Ciénegas, en la época del gobernador José María Garza Galán, pero debido a que sus relaciones con él eran pésimas, renunció. Por tal motivo, cuando Garza Galán intentó reelegirse, Carranza se rebeló participando políticamente en su contra. No tomó las armas pero convenció a Porfirio Díaz de que el movimiento no era antiporfirista. Bernardo Reyes fue designado mediador, y apoyó a Venustiano Carranza para que se reintegrara a la política. Fue así como volvió a la presidencia municipal de Cuatro Ciénegas de 1894 a 1898. Además, fue diputado local al Congreso de Coahuila y diputado y senador al Congreso de la Unión. En 1908, ocupó la gubernatura de Coahuila de manera interina. Se creyó que sería el próximo gobernador, pero su participación en el movimiento reyista le trajo oposición de Porfirio Díaz y de los Científicos. A pesar de ello, presentó su candidatura independiente al gobierno de su estado, siendo derrotado por Jesús de Valle.
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